29 de enero de 2014

¿SON NECESARIAS LAS PRIVATIZACIONES?

Los políticos del PPSOE justifican las privatizaciones pasadas (electricidad, telefonía, banca,..) y futuras (sanidad, educación,agua ...) con un argumento que les debería dar vergüenza. Nos dicen que la gestión privada es mas eficiente, y rentable.

La eficacia de un servicio no depende de que sea gestionado por un político, un gerente, o la asamblea de los interesados. Un servicio será bien gestionado si se presta con el menor coste sin perdida de calidad en el servicio y atendiendo a todos los ciudadanos que lo necesiten.

La gestión de un gerente, será eficaz y rentable o el gerente sera sustituido. La rentabilidad empresarial, los beneficios económicos, es el motor y el fin de una buena gestión privada.
La gestión de un político para ser eficaz depende de capacidad y de su honradez, esta gestión teóricamente debe ser mucho mas rentable para los administrados al no tener que destinar recursos para los beneficios empresariales. La gestión pública de un servicio no resulta eficaz cuando esta en manos de políticos ineptos y/o corruptos. Nuestros lideres políticos tienen la certeza que en su mayor parte son ineptos, corruptos o las dos cosas. Solo bajo la certeza de la incapacidad intelectual y moral de los políticos se puede afirmar que : “la gestión privada es mejor”.

Antes unos gestores públicos (políticos) ineptos y corruptos, parece claro que la única solución es la privatización de los servicios públicos.

Esto que parece tan lógico hay que contrastarlo con la realidad, con la experiencia y la razón. Una privatización realizada por manos corruptas nunca velará por el bien público, no dice la razón. También nos dice que los servicios prestados bajo el principio de rentabilidad económica dejaran de ser servicios a la sociedad para convertirse en un negocio, en el que las personas pasaremos a ser clientes valorados por nuestra capacidad económica.

La experiencia nos dice que la privatización del suministro de electricidad nos ha supuesto una gran estafa, tarifas muy altas en lugar de la prometida bajada de precios, un déficit tarifario difícil de tragar viendo los beneficios de las empresas, todo esto adornado con presidentes de gobierno, ministros, políticos de todo color ocupando puestos en estas empresas. Y mientras los privatizadores son muy bien retribuidos muchas personas son privadas de electricidad por no poder pagar las muy elevadas tarifas.

La razón y la lógica nos dice que descartemos la privatización de los servicios básicos y que la clase política se sabe incapaz de gestionarlos, la única salida que nos queda para tener unos servicios de calidad es la AUTOGESTIÓN. Solo los usuarios y trabajadores están interesados y capacitados para gestionar unos servicios rentables socialmente..


NO A LAS SUBVENCIONES A SINDICATOS, PARTIDOS...



CNT siempre ha estado contra las subvenciones a Partidos Políticos, Sindicatos, Patronal, Corona, Iglesia Católica o cualquier otra secta religiosa.

En estos momento de crisis económica en los que la clase trabajadora está padeciendo los recortes salariales y sociales más graves desde la transición política a la “democracia”, con un aumento del paro sin precedentes y un nivel de pobreza alarmante cuando muchas familias trabajadoras están sufriendo una situación desesperada, es precisamente en estos momentos cuando resulta más indignante e insoportable el mantenimiento de las subvenciones y de los indecentes privilegios de estas organizaciones, que es un fiel reflejo de la corrupción política institucionalizada de la que siempre ha sido víctima el pueblo español.

Las subvenciones siguen costando al erario público miles y miles de millones de euros; resulta sangrante que mientras se reducen los salarios, las pensiones y el subsidio del paro, se implanta el copago sanitario y se generaliza los recortes de todas las prestaciones sociales, se sigan manteniendo la mayor parte de las subvenciones a estas organizaciones.
Los responsables de la acuciante situación económica que padece España y especialmente de la clase obrera, son, por un parte la crisis económica del capitalismo a nivel nacional e internacional y por otra la corrupción política y empresarial, a lo que hay que sumar la corrupción de las burocracias sindicales a su servicio.

Las subvenciones a los sindicatos no son ayudas sociales, son la recompensa por los servicios prestados al Estado y a la Patronal, por la traición permanente a la clase obrera. Son ante todo una tremenda injusticia, un robo a los ciudadanos y fuente de privilegios y de corrupción.

Estas organizaciones subvencionadas deberían financiarse con sus propios recursos, o sea con las aportaciones de sus propios socios o afiliados y no a costa de todos los ciudadanos por medio de subvenciones directas o indirectas y a través de la prestación de cursillos del INEM o la elaboración de informes y publicaciones, etc como pretexto de la formación de los trabajadores. La realidad es la captación ilegítima de fondos públicos, para mantener sus miles de liberados, profesionales del sindicalismo burocratizado que son en gran medida responsables de la precaria situación que padecemos, la drástica disminución de nuestro poder adquisitivo y la pérdida de derechos como consecuencia de la firma de pactos sociales y acuerdos enormemente restrictivos para los trabajadores.

Las subvenciones van contra los intereses de los trabajadores y contra los principios del anarcosindicalismo, como deja muy claro la AIT en sus estatutos. Ninguna organización subvencionada puede llamarse sindicato, y mucho menos anarcosindicalista, pues los anarcosindicalista somos independientes y nos sostenemos con las cuotas que pagamos como afiliados, garantía contra la corrupción.

No podemos olvidar las subvenciones a las organizaciones religiosas y principalmente a la Iglesia Católica, que disfruta de exenciones fiscales e innumerables privilegios incompatibles con un Estado laico o aconfesional, y la sangría económica y el despilfarro que supone el mantenimiento de una institución absolutamente inútil como es la Monarquía española.

Si a las subvenciones le sumamos el saqueo generalizado de los fondos públicos por parte de la clase política, como ha puesto de manifiesto los miles de casos de corrupción política, nos da como la desastrosa situación económica y social que padecemos actualmente.

Los anarcosindicalistas rechazamos los comités de empresa y las subvenciones del Estado y la Patronal, así mantenemos nuestra independencia. Los que decidimos somos los trabajadores afiliados, sin directrices políticas, sin liberados y sin comités profesionales del sindicalismo.

Tenemos que acabar de una vez por todas con esta lacra social, con esta injusticia y convertir en un clamor popular la eliminación total de las subvenciones.